Situada frente al parque forestal e inmersa en un bosque mediterráneo de encinas, la parcela se organiza alrededor de la vivienda mediante un diseño de líneas geométricas contrapuesto a una naturaleza desbordante.
La integración de la piscina con un fuerte diálogo con los volúmenes de la casa marca un punto de partida, a partir del cual, la naturaleza orgánica del jardín va tomando relevancia, al tiempo que se fusiona con el paisaje de bosques adyacente.
Su vegetación de fuertes contrastes y golpes de color se cuela por cada rincón, brillando con intensidad.